viernes, 2 de diciembre de 2011

MEMORIA DE SIRENA (LA SIRENA DORMIDA)

A mis padres, Antonio y Encarnita.
A Rocío, Iván y Juan.
Gracias por ser el paraíso donde crece la calma.

Tu mirada y mi mirada no son iguales.
Tú miras el futuro con memoria de pasado
y yo lo recibo, sin saber mi pasado de memoria.
Solo algunos gestos, algunas voces, algún paisaje…
Pero no, no me sé mi pasado de memoria.
De recitarlo se me hizo aburrido y lo olvide.
Así. Sin más.
Y a veces me lo cuentas
y celebro reencontrarme con él:
tan nuevo,
tan inesperadamente nuevo…
Vuela por la cocina enredado en los olores de tus ollas
hasta llegar a mí.
Los que son y no fueron
y el que es y no fue,
se mezclan sin querer.

Salgo de tu cocina
con otro pasado que no es ni el mío, ni el tuyo;
otro distinto.

Tengo por defecto el abandono de mi memoria,
por rutina la fantasía y por costumbre tu cocina.
Ya ves, por fortuna, a ti nunca te cambiaré.
Nadie guarda con tanta ternura mis olvidos:
la vida que arrastro, mis ojos de ayer, de anteayer,
del año pasado.

Nadie como tú.
Ni siquiera yo.

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