Agradecidísima a la gente que sigue este blog. Es verdad que cada vez cuelgo aquí menos cosas, supongo que las redes sociales se han ido apropiando de ese espacio de comunicación que hace unos años solo ejercía desde este blog. Pero ocurre, que hace unos días alguien me pidió que subiera este poema al blog y me hizo muchísima ilusión que siguiera mis pasos en este espacio para mí tan especial y hermoso.
TODO Y A VECES CASI TODO
¿Para cuándo un poema que hable de mí?
Me preguntas al oído
mientras fumo cerca de la ventana (el rincón de mi vergüenza),
y tú
cocinas o enredas en la cocina; no sé.
¿Para cuándo un poema que hable de mí?
Queda tu pregunta como un hueso de albaricoque
pelado y huérfano rodando por mi boca.
Mi boca,
que envuelve tu anhelo
huérfano y pelado
durante días,
deseosa de hablar de ti.
De ti, sin mí.
De ti a secas.
La blancura del papel,
el hueso de albaricoque,
la rueda acuna-anhelos
y la cueva de mi boca que escupe,
no sé si versos (francamente lo dudo).
Todo. A veces, casi todo.
Porque soy tan mía,
que no sería yo si fueses todo.
Sosiega pensar que eres casi todo.
¿Para cuándo un poema que hable de mí?
Mientras fumo y tú cocinas.
¿Y cuándo no hablé de ti en un poema mío?
¿Cúando?