domingo, 19 de diciembre de 2010
sábado, 18 de diciembre de 2010
EL FARO (YO SOY UN PAÍS)
EL FARO
Apenas apagada, envuelta aún en el fulgor que deja la luz antes de atarse a la oscuridad de esta playa,
permanece tu casa.
Tu vieja y destartalada casa.
Nada arribará a tu orilla.
Nadie interpretará las señales de tu noche más negra.
Mas esperas,
en calma,
que llegue aquel que intuye cual animal hambriento, la belleza en lo oscuro:
los ojos que guardan el halo de claridad que posee lo recién desposeído de luz.
Existe un brillo hermoso y fugaz que envuelve tu vieja y destartalada casa
instantes después de apagarse
para unirse a la oscuridad de ésta, tu playa.
Arde. Incendia. Refulge en su ocaso.
Y en el minúsculo crepitar que precede a tu noche negra y absurda
grita con brillo tu casa ruinosa:
VIDA, QUE LA LUZ ABRACE MI VIDA.
Apenas apagada, envuelta aún en el fulgor que deja la luz antes de atarse a la oscuridad de esta playa,
permanece tu casa.
Tu vieja y destartalada casa.
Nada arribará a tu orilla.
Nadie interpretará las señales de tu noche más negra.
Mas esperas,
en calma,
que llegue aquel que intuye cual animal hambriento, la belleza en lo oscuro:
los ojos que guardan el halo de claridad que posee lo recién desposeído de luz.
Existe un brillo hermoso y fugaz que envuelve tu vieja y destartalada casa
instantes después de apagarse
para unirse a la oscuridad de ésta, tu playa.
Arde. Incendia. Refulge en su ocaso.
Y en el minúsculo crepitar que precede a tu noche negra y absurda
grita con brillo tu casa ruinosa:
VIDA, QUE LA LUZ ABRACE MI VIDA.
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