domingo, 21 de agosto de 2011

LA RASPA (LA SIRENA DORMIDA)

Mi humedad
ya no empapa tu aridez
por eso, me raspas.

miércoles, 17 de agosto de 2011

ACANTILAR (YO SOY UN PAÍS)


                      Deseo Acantilar palabras.

Erosionar el verso con la artesana paciencia

del viento,

y la inclemente huella de la lluvia

y la profundísima fuerza del sol.



Muero por ser la mano insondable

que acantile las palabras del verso

y soplarte. Iluminarte.

                   Lloverte poema; lloverte despacio.


domingo, 14 de agosto de 2011

BYE BYE LOVE (YO SOY UN PAÍS)

Hoy bye, love
porque me pierde la rabia, las ganas
de perderte de vista,
de estorbarte como un mueble

mal calzado.

Hoy bye porque echo chispas
Picas como la lana del jersey a rayas y me haces
burla
para que mi estupidez,
parezca estúpida.

Hoy bye, love
porque no eres lo que eras

y yo tampoco.

                No me gustas.
                No me gusto.

Hoy, bye love y mañana…

Mañana quizás levantemos de nuevo
esta maravillosa ciudad llamada lo nuestro.

domingo, 7 de agosto de 2011

TUS BESOS (LA SIRENA DORMIDA)

Echo de menos tus besos.
Los breves,
los que mordisquean mi labio,
los que me dejan un cerco de babas.
Los con-público
y los sin él.
Los de buenos días princesa.
Los de me muero por besarte
y tus manos enormes envuelven mi rostro,
manejándolo a su antojo.
Los que se pegan en mi nuca,
los que escondes en los bolsillos para celebraciones importantes.
Los de cuando te dejas hacer
y yo juego con tu boca.
Echo de menos tus besos
y lo que hay detrás de ellos.

miércoles, 3 de agosto de 2011

TE RECUERDO (LA SIRENA DORMIDA)

No sé si piensas alguna vez en mí.
Cuando esperas para cruzar la calle y una chica
se recoge el pelo con un gesto mío.
O si regresando a casa, una canción
suena en la radio del coche
y deseas que el mundo vuelva a ser azul.
Azul mar.
Cuando todo esto pase,
te enseñaré a habitarme sin permiso.

martes, 2 de agosto de 2011

LA PATRIA ROJA (LA SIRENA DORMIDA)

No sé cómo explicarte que llevas las manos empapadas en sangre
y que manchas
las blancas paredes de mi habitación
cuando empujas,
con fuerza,
queriendo estrechar los muros robustos que son casa
y son refugio.

Ni sé el modo de que entiendas que arrastras los pies
al caminar por el pasillo
cuando sacas a pasear tu colección de máscaras
y representas el carnaval
para mí.

Pese a ello, es estúpido creer que no soy yo
-a veces-
sin la sangre de esas caricias
ni los surcos de tus pasos
atravesándome de arriba abajo.

Es estúpido pero sucede.