porque el mundo se agita y en cada sacudida
pierde un color: lindo y brillante.
No lo sabes porque tu piel
reconoce con torpeza la ternura.
Tu piel de quince abriles abraza
agradecida
lo que araña, escuece y sangra.
No lo sabes Rocío pero empiezas a estar
terriblemente enamorada del mundo.
Y a veces, ríes.
Para Rocío que despide con una extraña mezcla de dolor y emoción un camino sin retorno: la infancia. Suerte.
ResponderEliminarMamá.