(Recitado en el Recital del IBAFF en Zalacaín el lunes 5/03/2012)
¿Qué se puede esperarde esta sombrilla manida, oxidada y de aspecto demodé
plantada con tan poco acierto en la playa?
¿Y qué se puede esperar de esta playa
(que ni es playa, ni es cala),
abandonada a su suerte en un estrecho otoño
que exiguamente alcanza a serlo porque no arrastra hojas
ni trae lluvia que levante del suelo olor a tierra mojada?
¡Qué de este otoño
sin ocres ni
malvas
ni estela que lo señale!
Nada se puede esperar de esta brisa leve
que poco recuerda al otoño
en esta playa que apenas lo es,
desierta hoy salvo por esta insolente sombrilla
estampada con flores cuyo color devoró el sol de nuestros infantiles veranos
y que se zarandea ora vulnerable,
ora desafiante.
Nada salvo yo. Mi yo más excelente
despertado por este paisaje,
en este tiempo exacto construido de inexactitudes
donde vengo a rogarte mi amor, mi mar
que me apures.
Poeta:
ResponderEliminarComo sigas así nos vas a romper el corazón con tus poemas todos los días de nuestra vida.
Aflojá, boluda, que nos matas.
Doc
Qué se puede esperar? pues poemas tan magníficos como los tuyos, un besico.
ResponderEliminarQué belleza alcanzan tus poemas en cuanto dejas escapar un poco de tristeza en ellos. Tu voz es una voz de invierno, no lo dudes. Una voz profunda y suave de invierno.
ResponderEliminarPor mi parte, siempre serás bienvenida al frío mar del norte, donde se celebran las noches de tormenta y viento y el dolor esencial de todas las cosas.