Quiero creer que morir, es dejar de ser algo improbable e incierto.
Y que tú, el héroe minúsculo de mi patria chica
donde siempre fue celebrada tu presencia,
regresarás desposeído de la ponzoña que devoró tus latidos.
Vítores y salvas anunciarán en el universo azul
la inminente llegada del guerrero-cadáver.
Tengo la boca poblada de caracolas diminutas
que escupo a deshoras y estallan en las aceras.
En ocasiones
echo la vista atrás y observo asombrada
la estela de ti que dejo sin querer.
Deseo que vivir sea más que morir
y que morir sea algo leve y diminuto
para que tu ausencia quepa al fin en mí
y no se derrame.
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