Cuentan que vas intentando atrapar pájaros por toda Ciudad Fragilidad... Dando saltitos y haciendo malabarismos en los muros del Parque de la Pólvora. Agarras los alados con las manos, los hueles, les hablas en voz queda y luego, los sueltas al vuelo.
Pareces el tonto del bote. Lo escuché en el mercado, esta mañana y salí a buscarte. Seguí el rastro de los pájaros hasta dar contigo.
Me pareciste lindo… como la mismísima Alejandra Pizarnik arrancándose los pelos de la cabellera por todo Paris. Soberbio.
Quién fuera calor en las manos, un susurro cognoscible para pájaros, el olor aspirado de sus cuerpos menudos, la ira y la rabia, los ojos que vieron el monstruo bello que guardaba Paris, las ansias de hacer cosas locas y absurdas, los pelos arrojados a puñados por las aceras y la desesperación -insondable- de Alejandra Pizarnik.
Quién fuera así de bello y así de feliz.