¿Para cuándo un poema que hable de mí?
Me preguntas al oído
mientras fumo cerca de la ventana (el rincón de mi
vergüenza),
y tú
cocinas o enredas la cocina; no sé.
¿Para cuándo un poema que hable de mí?
Queda tu pregunta, como un hueso de albaricoque
pelado y huérfano rodando por mi boca.
Mi boca, que envuelve tu anhelo
huérfano y pelado
durante días,
deseosa de hablar de ti.
De ti, sin mí;
de ti a secas.
el hueso de albaricoque,
la rueda acuna-anhelos
y la cueva de mi boca que escupe,
no sé si versos (francamente lo dudo).
Todo. A veces, casi todo.
Porque soy tan mía,
que no sería yo si fueses todo.
Sosiega pensar que eres casi todo.
¿Para cuándo un poema que hable de mí?
Mientras fumo y tú cocinas.
¿Y cuándo no hablé de ti en un poema mío?
¿Cúando?
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