jueves, 1 de octubre de 2015

LECTURA COLECTIVA A BENEFICIO DE LOS REFUGIADOS SIRIOS.

Ayer noche, en la Cafetería Los Olmos de Alhama de Murcia y con la colaboración del Col3ctivo Tr3s, Raspabook y Voces, compartimos poemas para recaudar fondos por esta causa. La venta del cuadernillo que recoge los poemas recitados se donará íntegramente a Cruz Roja para ayudar a los refugiados sirios.
Os dejo uno de los textos que leí y mi deseo de que nos juntemos por otros motivos. Aunque de haberlos, me siento orgullosa de poder contar con público y poetas dispuestos a auxiliar a quienes lo precisen.


EL PAÍS DE LOS MUTILADOS (carta desde el frente). De "Yo soy un país". Raspabook.
Esta ciudad no tiene pájaros
(ni poetas).
En esta tierra dios ha perdido la vergüenza, y celebra desatado su fiesta en todos los rincones y almas. Aquí, todo está roto. Y lo que no lo está, llama con su entereza insolente, a la desgracia. Es difícil explicar la guerra.
Desde que partió El Fabricante de Juguetes de Ciudad Fragilidad, quedé sin sueño.
Sin risa,
ni magia.
Presa de un letargo que inventó un yo
sin mí.
Supe por sus cartas que se le estaba gangrenando el alma. Y a mí, sin él en Ciudad Fragilidad, también.
Deseo ardientemente retroceder en el tiempo. A nuestras tardes de charla en la trastienda de su juguetería de la Calle del Agua, mientras él fabricaba cachivaches y yo les inventaba historias para que no llegaran a este mundo desnuditos y absurdos. O cuando me contaba con su peculiar acento, cómo se incendiaba de luz el horizonte al atardecer en su país. Ese que ahora lo reclamó tras escupirlo hace años hambriento e ignorante.
Tardé semanas en encontrarle. En El País de los Mutilados nadie sabe de nadie. Ni siquiera de los que aman saben. La tarde que nos hallamos fue tanta la alegría, que creímos que nada nos volvería a mojar de tal modo. Ni siquiera la lluvia.
Esto, básicamente, consiste en matar al enemigo. Cuando el enemigo sea exterminado, la guerra acabará. Pero todas las mañanas hay enemigo, así que hemos dispuesto salir juntos para acabar antes y emprender el ansiado regreso.
Te envío una foto de nuestra casa. Una casa des-casada, desprovista de todo lo que algún día la hizo casa. Aquí pasamos las horas que no dedicamos a la guerra intentando recomponer las fuerzas que jornada tras jornada apuramos. Tumbados en el catre que El Fabricante de Juguetes ha construido en nuestra des-casada casa, dónde solo las ratas parecen celebrar la vida, enumero palabras lindas. El silencio se deshace y vuelan por el cuarto las palabras hasta que caigo rendida y sueño que nos llueven suavemente.

No seré poeta, my love. Escupo balas.
Desde que llegué al País de los Mutilados un metálico sabor se me agarró a la garganta y no consigo desprenderlo de mí. Han muerto los pájaros de mi boca.
Bien me lo advertiste my love, la guerra no es sitio para poetas. ¿Y para quién es sitio esta tierra roja?
Para quién este país que exhuma sangre, bebe sangre, abona sus campos con sangre, baña a sus hijos con sangre, cuida sus charcos sangrientos, revienta vidas con balas, escupe su rabia roja en las tapias, en los rostros… ¿Para quién my love? ¿Para quién este camposanto?

Añoro regresar.
Y no dejo de preguntarme quién reparará mis manos que saben ya de la sangre.
Quién devolverá la magia al Fabricante de Juguetes; ahora El Fabricante de Juguetes Rotos.
Quién dará la bienvenida a esta poeta muerta con la que regresaré a Ciudad Fragilidad.

Deseo tanto volver my love, que mataría por ello.
Mato por ello.