Imagina que el mundo
fuese de un solo color, verde por ejemplo
y tú,
un punto rojo.
Una desigualdad menor en esa fiesta esmeralda,
lima, jade, aguamarina;
verde musgo, y verde oliva.
Si, verde oliva. ¿Te lo imaginas?
El mundo henchido de verdor, y tú
una salpicadura indeleble; roja. Fulgiendo
soberbia; no más.
¿Lo ves mi amor? Ahora
ya no tienes que preguntarte
cómo fue que yo,
me fijé en ti.