A veces, yo
y otras, casi yo.
Los lunes –sobre todo los lunes- cualquier cosa, menos yo.
(Doy asco.)
En primavera,
demasiado yo.
Yo-Luz.
Exhausta, a duras penas, alcanzo la tregua del otoño.
Y tú, siempre tú,
a pesar de mis yo,
aún a sabiendas de tu funesto empeño por doblegar mi vicio.
Arreciando cual brisa loca.
Andamos mezclados, irremediablemente mezclados.
Y el juego de la excelencia desdeña individualidades, imponderables
sin esta mezcla de sabores.
A veces yo, y otras casi-yo, y los lunes mejor ni hablarme pero sin ti,
arreciando,
mis yo, no se ponderan.
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