A Doc, siempre.
¿Cómo no caer rendida ante esa ardiente declamación
del capítulo siete de Rayuela?.
Y quedar
a merced del vaivén y la cadencia
de tu vital recitar
mientras esta estación agradecida que tienta a la primavera,
nos toma reposadamente.
Cómo no llenar de azogue el cuerpo hasta no poder dormir
porque asististe al preciso instante
que aunó la celebración
de Murcia escupiendo su otoño,
con la esencia de Cortázar,
agarrada a tu garganta.
Hola Vega, hace años coincidimos trabajando, y ahora me gusta reencontarte. Felicidades por tu poesía. Tengo tu libro, La Sirena Dormida.
ResponderEliminarMe gusta la generación del 70, la nuestra.
Gracias por unirte a este blog. Una curiosidad ¿quién eres?
ResponderEliminarHola Vega, siento no haber contestado antes. Aqui soy La Independent, de todas formas mi nombre no te diría nada. Pero por si lo recuerdas, era la conductora del 127 cuando íbamos a trabajar de azafatas a Cartagena, algo de libros (creo).
ResponderEliminarSaludos.