viernes, 30 de septiembre de 2011

UNIVERSO DE SILENCIOS (LA SIRENA DORMIDA)

Quiero creer que morir, es dejar de ser algo improbable e incierto.
Y que tú, el héroe minúsculo de mi patria chica
donde siempre fue celebrada tu presencia,
regresarás desposeído de la ponzoña que devoró tus latidos.
Vítores y salvas anunciarán en el universo azul
la inminente llegada del guerrero-cadáver.

        Tengo la boca poblada de caracolas diminutas
        que escupo a deshoras y estallan en las aceras.

En ocasiones
echo la vista atrás y observo asombrada
la estela de ti que dejo sin querer.

Deseo que vivir sea más que morir
y que morir sea algo leve y diminuto
para que tu ausencia quepa al fin en mí
y no se derrame.

viernes, 16 de septiembre de 2011

LENGÜETAZOS (LA SIRENA DORMIDA)

Para Iván que cuida de mí.

Tu lengua de trapo
pequeña,
torpona,
y ridícula.
Tu legua come-eses,
cambia-erres,
crea-verbos.
Tu lengua de seis años,
lame como nadie a mi sirena.

jueves, 15 de septiembre de 2011

INSÍPIDA (LA SIRENA DORMIDA)

Rechupeteo el cielo de tu boca
y hallo lo mío.
A veces oleaje.
Mar brava: bella y salvaje
Otras yace tranquilo,
abatido por su fatal destino.
-Quédatelo. Ya no lo echo de menos-
El niño grosero abre la boca
y muestra el cadáver.

Mendigo mi esencia,
el poso de mar que asoma orillado a tus labios.
Escupe mi sabor ¡maldito!
lo llevas pegado al paladar desde el primer beso,
y ahora no sepo a nada
y tú solo a mí.

JUGUITOS (LA SIRENA DORMIDA)

Llenemos esta habitación
de PESTE.
Tú y yo.
Mezclemos nuestros jugos
hasta que el aire sea SEXO
y no podamos inhalar una bocanada de FRESCURA.
¡Qué delicia!
A veces lo añoro y LO INVENTO PARA MÍ
Pero esa peste la hacemos juntos
sudando, jadeando
y estirando los deditos de los pies.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

DESAZÓN (LA SIRENA DORMIDA)

Quítame las ganas
de tenerte ganas.
En este tugurio envenenado de
humo
           ruido
                         gente.

En un portal
escondido de lascivas miradas.
Tirados en el sofá
con cuerpo de domingo.
Pero quítamelas de una vez
Llévatelas para siempre contigo,
porque yo ya no quiero
tener ganas
de que me quites las ganas
de tenerte ganas.